La rehabilitación neuropsicológica es la vertiente de la neuropsicología que está dirigida a proporcionar la máxima calidad de vida por la persona y su entorno, ser lo más autónomo posible y favorecer la reinserción social, laboral o educacional. Estas intervenciones consisten en rehabilitar y estimular a través de ejercicios el rendimiento cognitivo de la persona afectada (orientación, capacidad atencional, memoria, planificación, resolución de problemas,…). Ejercicios que se llevan a cabo mediante tareas con el ordenador, tareas de papel y lápices, aplicaciones con la tablet, material manipulativo o juegos.

También abarca las dificultades conductuales y emocionales que la persona puede presentar en función de la enfermedad (frustración, desinhibición, depresión, ansiedad, irritabilidad, comportamiento infantilizado, etc.).

El objetivo de la rehabilitación neuropsicológica es potenciar la recuperación de las capacidades cognitivas afectadas, mejorar la capacidad funcional de la persona, acompañamiento emocional, tanto por la propia persona como por los familiares. También se trata de compensar estas áreas afectadas mediante el aprendizaje de estrategias externas, para que la persona consiga realizar actividades de forma funcional. Para realizar la rehabilitación neuropsicológica siempre será muy importante partir de una adecuada evaluación neuropsicológica.

Por tanto, realizaremos un programa de rehabilitación neuropsicológica que trate de favorecer la autonomía de la persona, de mejorar las funciones cognitivas que se ha visto afectadas, acompañar a la persona en la toma de conciencia de sus dificultades y de las implicaciones de éstas en su vida diaria, acompañando en caso necesario, en la creación de un nuevo proyecto de vida.

 

¿Qué enfermedades se tratan con la rehabilitación neuropsicológica?

Este tipo de intervención está dirigida a personas que presentan una afectación del funcionamiento cognitivo, emocional y conductual. Podemos encontrar entre las siguientes enfermedades:

  • Daño cerebral adquirido: Ictus, traumatismos craneoencefálicos (TCE), tumores o ataques epilépticos. En estos casos podemos encontrarnos con secuelas de cualquier tipo, cognitivas, motoras o psicológicas. En estos casos la valoración neuropsicológica nos permite ver las secuelas del daño sufrido y poder iniciar un tratamiento neurorrehabilitador adecuado.
  • Enfermedades neurodegenerativas: en estos casos podemos encontrar consecuencias a nivel cognitivo, motor, funcional, emocional y social; en función de las características de la patología. Entre estas enfermedades podemos encontrar:
  • Enfermedad de Alzheimer
  • Enfermedad de Parkinson
  • Demencia por cuerpos de Lewy
  • Esclerosis múltiple
  • Corea de Huntington
  • Demencia frontotemporal
  • Demencia vascular

 

  • Trastorno mental grave: en este grupo encontramos enfermedades como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, que pueden acarrear un deterioro cognitivo. En estos casos, sería recomendable el inicio de un tratamiento neuropsicológico.
  • Deterioro cognitivo leve o Envejecimiento normal: El tratamiento neuropsicológico también es recomendable para personas mayores sin deterioro o con deterioro leve. En estos casos se llama Estimulación cognitiva. Este trabajo consiste en mantener el cerebro activo, ya que es habitual que al finalizar la etapa laboral a veces se pierden las rutinas, se realizan menos actividades o se realizan tareas que no requieren demasiado esfuerzo cognitivo. Por tanto, esta estimulación permite que el cerebro siga trabajando, esté activo y pueda prevenir el deterioro cognitivo.
  • Trastornos del neurodesarrollo: en este grupo podemos encontrar el Tda, Tdah o autismo, por ejemplo. De manera habitual, estos trastornos se inician en la etapa infantil, pero actualmente se conoce más de la sintomatología en adultos y en ocasiones no se ha detectado durante la infancia.
Neropsicóloga_sabadell

Laura López

Neuropsicóloga

logopeda sabadell

Raquel Garcia

Logopeda especializada en adultos