Hablamos de deglución atípica cuando en las primeras fases de la deglución o el acto de tragar, la preparatoria u oral, se realizan movimientos inadecuados de las estructuras implicadas en el proceso, sin que existan alteraciones orgánicas en la cavidad oral. También puede aparecer deglución atípica cuando estos movimientos inadecuados se producen por la presencia de cuadros más complejos.
- Alteraciones orofaciales (malformaciones, defectos oclusales) que resultan notablemente distintas e interfieren con un desarrollo normal.
- Afectación a otras funciones orales (respiración, habla,…) o alteraciones estéticas.
- Relacionadas con lesiones neurológicas (disartria, disfagia, afectación de pares craneales,…)
Las características de la deglución atípica más descritas son:
- Interposición Lingual: La punta de la lengua se sitúa en posición interdental o empujando contra la cara interior de los incisivos.
- Contracción de los labios: para compensar el impulso de la lengua hacia fuera, aparece la contracción excesiva de los labios y así se evita el escape de alimentos.
- Contracción del mentón: Un movimiento excesivo para contraer el labio inferior para sellar con el superior, y así conseguir el sellado labial.
- Escapada de alimentos. El alimento se escapa por falta de sellado de la lengua contra las arcadas dentarias y no se compensa con el sellado labial o con el mentón
- Falta de contracción de maseteros: la lengua se fija en posición baja y por tanto no actúa la musculatura elevadora de la mandíbula.
- Movimientos del cuello: Cuando el bolo está mal formado, no está bien triturado, es demasiado grande o no está bien insalivado asociado a una mala masticación, puede presentar dificultades para ser introducido en el orofaringe. La persona hace un movimiento de estiramiento del cuello y extensión de la nuca.
- Ruidos al tragar: si se hace un exceso de fuerza y contracción del dorso lingual contra el paladar en el momento de la deglución.
- Mantener residuos de alimentos en la boca después de terminar la deglución: Por falta de fuerza en la musculatura orofacial y favorece el almacenamiento de restos en el vestíbulo de la boca.
La presencia de deglución atípica suele causar maloclusiones, es decir, mala colocación de las piezas dentales, aspecto que suele comportar la necesidad de colocar ortodoncia. Sin embargo, a menudo si la deglución atípica no se corrige una vez terminada la ortodoncia se puede volver a generar una maloclusión, a consecuencia de la presión que realizan la lengua o los labios en los dientes en el momento de deglutir.