Terapia de pareja: Conflictos en la relación de pareja
Cuando una pareja experimenta conflictos conyugales, un primer paso es determinar su funcionamiento, de manera que puede ser el causante de las dificultades personales y de relación. Se distinguen 3 tipos de funcionamiento de pareja, siendo el adaptativo el más adecuado para una relación sana.
- Pareja fusional: Existe una gran dependencia de una persona con la otra. No se toleran los espacios vacíos, no hay diferenciación entre ambos y la responsabilidad pasa a ser compartida del todo. En este tipo de personas hay más conflictos de familia que de pareja porque al existir un núcleo tan simbiótico se centran sólo en los hijos. El riesgo de conflictos importantes de los hijos se debe a que no se crea un vínculo ni hay interacción, y no tienen energía o disposición para romper esta dinámica.
- Pareja nuclear: Cada uno de los miembros de la pareja lleva una dinámica particular, con los hijos o con la vida social ampliada. Es la pareja que cohabita pero en la que no existe el contacto. Surgen problemas de comunicación y de proyectos personales, pero procuran tener una buena imagen social. Así, entrar en contacto con los conflictos les supondría una crisis, por lo que se apoyan en mantener el sistema familiar, centrándose en la educación de los hijos, objetivos sociales, etc.
- Pareja adaptativa: Son parejas que mantienen su propia identidad individual y de pareja. Son conscientes de las crisis, por lo que le dan importancia a la comunicación.
En una relación de pareja los conflictos son inevitables. Sin embargo, se debe promover la comunicación e individualidad de cada uno para poder tener autonomía y dependencia, es decir, compartir elementos comunes, pero sin olvidar que la pareja está formada por dos personas con sus propias necesidades. Asimismo, el sexo y valores como la confianza y la comprensión ayudan a promover la mejora de la relación y la intimidad de cada uno.
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