Abordaje escolar de los problemas de conducta, caminando hacia el cambio
Generalmente, lo que sucede tiene una forma de espiral, empezando desde pequeños problemas que cada vez van tomando una magnitud mayor, ante la reacción de cástigo constante y escasa aceptación que pueden causar est@s alumn@s en el profesorado. Y que de en forma de boomerang se vuelven en contra del profesorado al cambiar la percepción del alumn@ ante est@s.
Ante esta situación considero fundamental tener en cuenta estos 4 aspectos como claves para un abordaje lo más positivo posible de las dificultades conductuales de un/a alumn@, siempre en la búsqueda hacia un cambio positivo, lo que no implica que se deba dejar de utilizar la autoridad siempre que sea necesario. No obstante, la autoridad no está reñida con la afectividad.
Aquí os dejo estos puntos que considero claves:
- El tutor/a precisa de una persona que pueda ejercer como segundo referente del alumn@ en cuanto a las dificultades conductuales que se puedan presentar. Este hecho presenta un doble objetivo:
- 1º Que el tutor/a pueda compartir la responsabilidad con otra persona
- 2º Que no recaiga todo el peso sancionador sobre el tutor/a, puesto que este debe tener también un papel muy importante en cuanto a la acogida y la función de guia del alumn@.
- – Se hace necesaria la implicación de todos los agentes educativos que intervienen con el alumn@, tanto en el seguimiento de unas pautas de actuación concretas como en la complicidad con el/la tutor/a en el logro de los objetivos del alumno. Asimismo se considera necesario que el profesorado siga las siguientes indicaciones en términos generales:
- Vigilar con el vocabulario y las valoraciones que se hacen del alumn@.
- Evitar hablar de él/ella en momentos en que no’s está trabajando sobre el caso.
- Estar atentos a la confidencialidad en la información que transmitimos sobre este/a alumn@.
- Por otro lado, se hace necesaria la implicación de las familias del curso, especialmente a través de las familías más vinculadas con la escuela, tanto en la implicación de la familia del alumn@ en cuestión con la escuela, como en relación a los mensajes que se pueden transmitir sobre el niñ@, teniendo en cuenta que este tiene unas dificultades concretas para regular su conducta y que la escuela y los padres del alumn@ están poniendo las medidas oportunas y que resulta un reto para todos.
- El papel de la familia resulta clave para el correcto desarrollo del programa, colaborando tanto en el seguimiento de los progresos del alumn@, como en el respaldo a las medidas disciplinarías que se puedan tomar en un momento determinado. En este sentido resulta muy importante la comunicación fluida entre escuela y familia.
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