¿Cómo mejorar la autoestima?

Dentro de la dimensión emocional de los nin@s, los problemas de autoestima son una de las dificultades más frecuentes que nos encontramos en la pràctica diaria, pero… ¿qué entendemos por este concepto?
La autoestima no es otra cosa que el grado de conocimiento, aceptación y valoración que la persona realiza de si misma. En los últimos tiempos, sentencias como “problemas de autoestima” o “baja autoestima” se están convirtiendo en expresiones cada vez más utilizadas a las que se recurre con demasiada facilidad, restándole importancia a la atención que este compenente requiere.
La autoestima está directamente relacionada con la identidad de la persona, constituyendo de este modo el motor de nuestras actividades diarias. En este sentido, el rendimiento o comportamiento que nuestros hij@s ofrecen a nivel escolar, social, familiar… está, en buena parte condicionado, por el hecho de disponer de una correcta autoestima.
Cabe decir, que esta dimensión de la persona es muy amplia y engloba diferentes factores y variables, razón por la que se hace necesario un buen diagnóstico para poder ver qué componentes están más devaluados y cual es la mejor forma de trabajarlos.
De cara a los padres que quieran fortalezar la autoestima de sus hij@s, aquí damos un consejos de cabezera que pueden ser de utilidad:

– Que el niñ@ se sienta un miembro importante dentro de su familia, por la forma en que se le escucha, se le consulta, se le responsabiliza y se valora sus opiniones.
– Deben valorar positivamente las características singulares de sus hij@s.
– Si desaprueban a sus hij@s, les introyectan una imagen pesimista de sí mismos. Es mucho mejor elogiarles en todas las conductas buenas que observen. No es efectivo el elogio abstracto, es más educativo la alabanza que se refiere a hechos concretos .
– No ser superprotectores. Acepten que vale la pena pagar el precio de pequeños errores, a cambio de su maduración en la responsabilidad, la libertad y la conciencia de sus capacidades.
– Deben animarles a expresar sus ideas, aunque sean diferentes o contrarias a las de sus padres y luego hay que demostarles que se les valora y acepta con el mismo respeto y cariño.
– No ridiculizarlos, ni avergonzarlos. Cuando hayan obrado mal y merezcan una corrección, hay que salvar siempre la buena forma de su persona, al mismo tiempo que se condena su mal comportamiento en concreto.
– Demuéstrenle el afecto con palabras y gestos oportunamente. Un “Te quiero” “eres maravilloso”, una sonrisa, guiñarle un ojo, darle un abrazo, un beso… infunden seguridad y valor.
– Conversar tranquilamente con sus ellos sobre todos los temas que les interesen. Dediquen un tiempo exclusivamente para sus hij@s.