¿Estoy deprimido? Síntomas de la depresión

¿Estoy deprimido? Síntomas de la depresión

La depresión puede manifestarse a cualquier edad. ¿Cómo podemos saber si el malestar persistente que sentimos es depresión? ¿Qué síntomas son característicos?

• En el caso de los adultos, la persona dice sentirse triste y vacía de manera persistente, sin causa aparente. “Todos y todo parece molestarme y no puedo sentirme feliz”. “Siento una pérdida de la alegría”.
• A ello le acompaña una disminución y pérdida del interés y placer por actividades y personas. En ocasiones, el vestido y el aseo pueden descuidarse. “No me apetece hacer nada, ni quedar con mis amigos”. “No tengo ganas de arreglarme o de cuidarme como antes”.
• La persona experimenta una falta de energía y de fatiga por hacer actividades cuotidianas o que requieren un gran esfuerzo. “Me cuesta hacer las cosas que siempre hacía, o incluso hacer tareas del hogar”.
• Sentimientos de inutilidad o de culpa. “No sirvo para nada, no sé hacer nada bien”.
• Presencia de pensamientos sobre la muerte. Valoración de la posibilidad de suicidio, pensamientos sobre la muerte como estado deseable,… “Si todo terminara, sería un alivio. No veo manera de afrontar esta situación”.
• Dificultades para pensar, concentrarse y tomar decisiones. “Mi memoria empieza a fallar”.
• El habla se vuelve lenta, fruto de la dificultad de concentración. “Me cuesta concentrarme, me expreso con dificultad”.
• Insomnio de segunda fase: despertar precoz (entre las 4 y las 6 de la madrugada), con imposibilidad de reconciliar el sueño y frecuentemente acompañado de pensamientos negativos. “Me levanto a altas horas de la mañana y estoy todo el día con una sensación permanente de cansancio y de negativismo”.
• Agitación o enlentecimiento psicomotor. “Siento una alteración en mis movimientos”.
• Pérdida o aumento importante de peso. “Tengo una pérdida del apetito”. “Tengo más apetito que antes”.
• Suele haber empeoramiento matutino y una leve mejoría de los síntomas por la noche. Del mismo modo, en otoño e invierno tienden a agudizarse estos síntomas. “Me cuesta levantarme por la mañana, se me hace el día difícil de soportar. Prefiero la noche que el día”. “En otoño e invierno se agudiza mi tristeza”.

La depresión mayor es un trastorno del estado de ánimo que afecta a los pensamientos, las emociones y a nuestro propio cuerpo.

Es importante diferenciar un estado de ánimo triste pasajero, de una depresión clínica. Cuando la persona ha intentado por todos sus medios poner solución a su estado de ánimo triste y decaído, como por ejemplo cambiando de rutina o de forma de vida y siente que los síntomas que experimenta siguen estando vigentes, es recomendable consultar con un especialista de la salud mental para valorar la situación, ya que podemos estar ante un posible trastorno de depresión. Por lo tanto, la depresión clínica tiene lugar cuando, a pesar de que las cosas cambien, el estado de ánimo triste y decaído no mejora.

Existen dos tipos de depresión, la exógena, cuya causa es debida a factores externos bien definidos, como por ejemplo la muerte de un familiar, la pérdida de una posición social, etc. y la endógena, cuya causa, en cambio, no tiene una explicación manifiesta. Las causas de la depresión, por lo tanto, pueden ser diversas; existen factores genéticos (riesgo de comorbilidad mayor en parientes de primer grado), factores químicos (alteraciones en los neurotransmisores) y factores psicosociales (dificultades cuotidianas y crónicas).

La depresión es uno de los trastornos psicológicos de más alta prevalencia en la población general; entre un 10-25% para las mujeres y entre 5-12% para los hombres. Es, por lo tanto, una de las enfermedades mentales más comunes.

A pesar de presentar los síntomas depresivos, muchas personas no reciben tratamiento porque no reconocen la enfermedad y lo atribuyen a causas como el poco descanso, el estrés o la mala alimentación. Esto puede afectar al trabajo, la familia, los hábitos de alimentación y de sueño, las relaciones sexuales y en la vida en general.

En cambio,, cuya percepción subjetiva mejora al experimentar los beneficios de un buen tratamiento.