En muchas escuelas se suelen administrar test colectivos a finales de las etapas educativas, ya sea en Educación Primaria o en Educación Secundaria, incluso en algunas ocasiones en Educación Infantil. Realmente, constituyen una herramienta interesante para el mejor conocimiento del alumn@, aunque es bueno tener presente que estas pruebas tienen una validez muy inferior a las que se administran de forma individual, al mismo tiempo que no pueden valorar todos los aspectos sujetos de valoración en éstas.
Los test colectivos tienen como principal objetivo un conocimiento psicopedagógico del alumn@ que complementa la visión del maestr@ o profesor/a y de l@s p/madres. Asimismo, las pruebas colectivas pueden resultar un indicador o signo de alerta ante la presencia de algún tipo de dificultad, ya sea de tipo cognitivo, instrumental o adaptativo, siempre en función de la batería de pruebas que se administran. Otro objetivo básico de los test colectivos es la orientación, sobretodo en la etapa de educación Secundaria, de cara a la elección de estudios postobligatorios o la vida laboral, con la inclusión de pruebas de orientación vocacional o profesional.
Antes hablaba de la validez de los test colectivos, la validez de estos está calculada en torno al 80%, mientras que en las exploraciones individuales la validez se sitúa entre el 90 y el 95%. Esta diferencia responde fundamentalmente a diferentes variables que resultan muy difíciles o imposibles de controlar:
· La climatología, todos sabemos que el día que está lluvioso o no acaba de hacer buen día, en términos generales, l@s alumn@s se muestran más dispersos o movidos. Así como en aquellos días en que hace un calor excesivo sus respuestas pueden resultar menos eficaces.
· La salud del alumn@, si da la coincidencia de que aquel día no se encuentra del todo bien, lógicamente su resultado será inferior a lo esperado.
· La motivación en relación a la realización de los test. Esto depende en gran medida en la forma de presentarlos por parte del examinador/a, pero tal vez depende más de la tarea previa del tutor/a.
Después de estos factores externos también resultan relevantes los factores referentes al alumno. Debemos tener en cuenta por ejemplo que la mayoría de test, sobre todo aquellos referidos a las capacidades cognitivas son cronometrados, con lo cual un alumno lento o con Déficit de Atención seguramente obtendrá una puntuación inferior a la esperada, no significando este extremo que sus capacidades resulten inferiores. Lo mismo nos sucederá con un alumno impulsivo o con TDAH, que seguramente al responder de forma precipitada podrá obtener unos resultados bajos. Asimismo, un alumn@ con Dislexia podrá presentar un rendimiento bajo, ya que muchas partes de los test colectivos se apoyan en la lectura y suelen ser cronometradas, con lo cual resulta un hándicap añadido para
ell@s.
Así pues la interpretación de las pruebas debe ser realizada con mucha cautela y nunca, nunca encasillar a un/a alumn@ a raíz de éstas (tampoco se debe hacer a partir de ningún tipo de diagnóstico, pero menos des de pruebas colectivas). En caso de que los resultados sean inferiores a lo esperado será bueno revisar cual puede ser la causa, con el objetivo de emprender las medidas que se estimen oportunas, como sea una exploración psicopedagógica individualizada o un refuerzo de aquellos aspectos en los que se han detectado dificultades.
No obstante, también es probable que los resultados no se adecuen a la percepción familiar i escolar del alumn@, no presentando este/a ningún tipo de dificultad. Ante estos casos tal vez lo mejor es continuar tal y como estaba antes sin darle mayor importancia. Si no podemos crear un problema donde no lo había.
Por último, me gustaría señalar cuáles son las áreas más comúnmente exploradas en las pruebas colectivas o de grupo:
· Capacidades intelectuales, generalmente estructuradas en:
o Razonamiento verbal
o Razonamiento abstracto
o Razonamiento numérico
· Atención visual
· Lectura: velocidad y comprensión
· Perfil de personalidad
También se pueden introducir pruebas interesantes como un sociograma, tanto en Educación Primaria como en la ESO o una prueba de intereses profesionales en ESO o Bachillerato. Asimismo podemos introducir cuestionarios sobre hábitos y/o técnicas de estudio o estrategias de aprendizaje.
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